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LAUTARO; Una Saeta en la Noche

Sep 24, 2023

Día a día mientras tanto, Lautaro profundizaba más en la persona de el conquistador; ahora creía saber la razón que Valdivia y los suyos habían tenido para venir hasta américa. Les oía hablar sobre fantásticas minas de oro y sobre un imperio que abarcaba todo el mundo y era regido por un solo hombre más poderoso que un dios; les oía hacer planes para dominar a su pueblo, y arrancándole sus riquezas llevarlas luego a Europa.

Los conquistadores tenían solo una meta , el oro y un solo acicate , la codicia .

Lautaro aprendió entonces a despreciarlos , ahora que conocía los secretos de su poder militar , que sabía cómo manejar un arcabuz y una pieza de artillería , que estaba familiarizado con el manejo y el cuidado de los caballos , ahora que conocía los móviles del conquistador y sus secuaces , que había vivido en sus hogares y observado toda su miserable condición de su existencia, Lautaro ya no les temía, amaba más que nunca a su pueblo , y esperaba la oportunidad para liberarlo.

Una noche estaba Lautaro en las caballerizas del conquistador , cuando una suave voz en un susurro pronunció su nombre. El se sobresaltó ; no estaba acostumbrado a recibir visitas durante su trabajo, mucho menos a esa hora. El lugar estaba apenas alumbrado por la luz parpadeante de una antorcha ; ni un ruido venía de la calle, y de vez en cuando el relincho de un caballo o el casco contra las piedras rompían el silencio .

Lautaro prestó atención . La voz volvió a oirse y desde un rincón obscuro vió aparecer una sombra . Lautaro retrocedió vacilando.

_ Lautaro ,no temas…dijo la voz y sonó tan suave y familiar que el se detuvo y ,tranquilizado, intento hablar , pero la sombra se adelantó y, apareciendo ante la luz de la antorcha , no le dió tiempo para hacer nada.

Lautaro estaba ahora tan sorprendido ,que tal vez ni siquiera hubiera tenido voz para hacer la pregunta que le bailaba en los labios . Frente a el estaba la figura de una muchacha . No tendría más de dieciséis años ; vestía como española , pero se notaba en sus facciones que era una indígena; acercándose a él aún más , ella le tomó la mano, y le dijo :

_Está noche debes venir a la casa de Francisco de Villagra ; allí , en la solera hay un hombre aguardandote ; el me ha dicho que trae un mensaje para ti , un mensaje de Cayumanque… cacique de Arauco .

Lautaro no podía creer ni a sus ojos , ni a sus oídos; ¿Quien era esta muchacha que surgía en la noche como una Aparición , que le hablaba con la voz de su raza, que le traía el nombre de Arauco y el de Cayumanque , el cacique y pariente de su padre? Mientras la muchacha hablaba. Lautaro advirtió que en los ojos estaba la tristeza de su pueblo ; sintió el calor que apretaba su mano, y su sangre en rápida oleada… le conmovió hasta lo más íntimo de su ser.

_ como te llamas?_ preguntó.

_ Guacolda _ dijo la jovencita,sonriendo .

_ Gracias _ dijo Lautaro, está noche iré a casa de Villagra a ver al mensajero.

Guacolda no dijo nada y soltandole su mano se alejó entre las sombras y desapareció tan misteriosamente como había venido.

Lautaro se quedó largamente reflexionando , el incidente le había impresionado profundamente, su mano aún conservaba el calor de las manos de ella , en sus ojos aún estaba la huella de su mirada y en sus oídos el eco de terciopelo de su voz.

Nada sabía de ella , era la primera vez que la veía, pero era también la primera voz hermana que le hablaba aquí en este momento extraño y enemigo.

Guacolda le había traído el llamado de su raza, era como un símbolo la voz de su padre y de su pueblo, la voz de la selva que venía a despertarle recordándole su responsabilidad .

Lautaro reconstruyó su figura .Era esbelta y ágil, como las hijas de los cacique de Arauco. Su piel era oscura y sus cabellos negros, sus ojos eran grandes y de el color de las castañas , eran tristes y suaves como el sol de el atardecer . Un caballo golpeó el suelo impaciente , en la casa de el conquistador reinaba el más completo silencio, y aspirando el aire tierno de la primavera , se levantó y dirigió sus pasos a la casa de Villagra .

Caminó con sigilo; habría Sido peligroso toparse con alguien a esas horas.El gobernador había prohibido a los indios que transitasen por la calle de noche.

Cuando llegó a la casa de Villagra , Lautaro esperó vacilando , sin saber que hacer. Pero pronto vio la figura de un indio que lo esperaba detrás de un árbol . Lautaro se le acercó y le dijo;

_ Soy Lautaro, hijo de Curiñancu.

El indio lo miró largamente y luego sin decir nada, le puso un objeto en la mano y se marchó.Lautaro sorprendido quiso detenerle, llamarlo. Pero todo fue inútil, el indio corría lejos ya, tragado por las tinieblas. Entonces Lautaro, con temor , alzó el objeto que el otro había dejado y lo puso frente a sus ojos. A la luz de las estrellas , surgió la hechura fatídica de una flecha ensangrentada . Era la flecha de la guerra , venía desde Arauco , traída por los mensajeros de su pueblo a través de las montañas, de selvas ,de rios, venciendo el tiempo y la distancia .venciendo todos los obstáculos.

Lautaro sintió que en sus manos estaba el destino de su raza y guardando la saeta se aprestó a partir . Pero , ante su sorpresa descubrió que alguien más había estado contemplando la flecha con el. Era un soldado español , en su mano brillaba la empuñadura de una espada . Lautaro hizo un intento de huir, pero el otro le cogió con su mano enorme y sin darle tiempo para defenderse, le descargó un golpe terrible , dirigido a la cabeza . Pero que le dió en el hombro . Lautaro se desplomó pesadamente y quedó en el suelo sin hacer movimiento; el soldado sintió con el pie la humedad de la sangre .

Y se alejó sin mirar el cuerpo que ahí dejaba, para el la flecha no tenía sentido . Lautaro era un indio cualquiera que había desobedecido al conquistador caminando por la ciudad en una hora prohibida.

Lautaro permaneció unos instantes inmóvil , no sentía dolor todavía , pero era incapaz de todo movimiento . Parecía que todo el lado izquierdo de su cuerpo estaba sujeto por una cadena pesada y caliente : sentía correr la sangre por su hombro y no podía hacer nada para detenerla. Cerró los ojos.

De pronto sin haber notado ningún ruido, sintió que una mano se posaba sobre su corazón, era una mano pequeña ; luego la sintió sobre su frente , y entonces tuvo la conciencia de ser acariciado por primera vez en su vida. Sin abrir los ojos supo que era Guacolda . Sintió su mano que pasaba por sus cabellos con una ternura que el no conocía ,y , luego sobre su hombro la presión de algo que detenía la sangre . Allí en las sombras Guacolda le vendaba la herida , sin decir nada: Lautaro noto que por su rostro le corrían lágrimas, y entonces le cogió la mano con una ternura ciega , agradecida, de niño , se la besó . Entre lágrimas ella trató de sonreír .

_ Algún día te llevaré conmigo _ dijo Lautaro , volverás a ver a tu madre, vivirás de nuevo en la selva y serás mi esposa .

Guacolda sonreía ; sonreía como la mejor estrella . Lautaro casi desvanecido , sentía aquella manita sobre la frente , veía el cielo estrellado y bajo, y sentía el aroma de los naranjos que lo envolvía como un sueño . Apenas, lejanamente , le oyó decir a Guacolda :

_ Ahora debes hacer un esfuerzo y alejarte de aquí . Mi amo Villagra podría encontrarte y te mataría … Lautaro …¿ los hombres de Arauco te llaman?

El asintió débilmente .

_Algún día volverás y me llevarás contigo ¿verdad?

Lautaro le beso la mano largamente ; luego con un gran esfuerzo se levantó ; antes de perderse de el todo, dijo con voz apenas perceptible:

_ Te llevaré conmigo…

( fragmento de el libro ” Lautaro, joven libertador de Arauco)

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