El descubrimiento de esta canoa Mapuche cerca del Lago Ranco trae preguntas sobre la defensa de su patrimonio y advierte de los peligros en la preservación de este wampo para evitar que sea robado, como sucedió con otro hallado en Caburga.
La historia es la siguiente: Alan González, kayakista, guía y profesor de música en la escuela de Futrono, estaba supervisando una bajada de rafting con su kayak cuando lo vio por primera vez:
Un particular tronco ahuecado de gran tamaño que llamó su atención. Pasaría un año antes de verlo nuevamente, sin sedimentos, y capturar las primeras imágenes de la embarcación sumergida con su Go-Pro, a comienzos de este año.
Entonces, contactó a Artemiza del Mar Jara, conservadora patrimonial y representante del Comité Chileno de Museos.
Ella, quien imaginó la importancia de este descubrimiento, organizó una visita en SUP (stand up paddle) al sitio junto a Alan. Toman nuevas fotografías y notifican al Consejo de Monumentos Nacionales.
“MADERA AHUECADA”
Así es como Nicolás Lira, arqueólogo que había hecho su tesis doctoral sobre la navegación indígena en el Wallmapu y estudia este tipo de embarcaciones, se enteró del hallazgo y decide contactar a Artemiza inmediatamente con el objetivo de colaborar en la evaluación de la canoa.
“Wampo significa madera ahuecada en mapudungun y no todos los wampos son canoas. Algunos se utilizaron también en rituales funerarios. Hay crónicas y testimonios que prueban que estas embarcaciones se utilizaron hasta los años setenta. En ellos, las personas se trasladaban a Isla Huapi, a Futrono o al pueblo Lago Ranco, también transportaban animales, incluso hay historias de naufragios”, explica el arqueólogo.
Quien también lo relaciona con la comprobación de que el río era parte del sistema de interconexión fluvial-lacustre que unía a las comunidades de la cordillera con la costa.
Lira, doctor en arqueología de la Universidad Paris y docente investigador de la Universidad de Chile, y quien fue parte del equipo que registró 2 wampos sumergidos en el lago Calafquén, precisa que solo se han encontrado 6 canoas de este tipo que siguen aún bajo el agua, aunque existe un número similar de ellas que fueron extraídas y se preservan en museos.
El wampo de Río Bueno, para los especialistas, es una evidencia más de lo relevante que son los ríos y lagos para la cultura Mapuche, tal vez un aspecto menos conocido de su historia.
La embarcación se encuentra sumergida en aguas poco profundas, tiene 7 metros de largo, lo que se considera grande para este tipo de embarcaciones, y mide entre 55 y 60 centímetros de ancho, es decir, es muy angosta. Con los datos que recogimos ahora iniciaremos estudios de fechado y tipología de madera con la que fue construida, confirma Lira.
“Lo importante de esta canoa y las otras encontradas es que muestra un aspecto de la cultura Mapuche huilliche que no es tan conocido. Lo Mapuche siempre fue ligado a la tierra, pero hay todo un mundo que tiene que ver con los cuerpos acuáticos y el agua”, confirma el arqueólogo.