Por Roberto Neira (RBB) RADIO BIOBIO: En medio de un sol tibio de primavera, Radio Bío Bío llegó hasta la comuna costera de Tomé en la región del Bío Bío para conversar con Miriam Gutiérrez Vergara (51), madre de Pablo Marchant Gutiérrez, el exintegrante de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) abatido en un enfrentamiento con Carabineros luego de un ataque incendiario perpetrado el 9 de julio del 2021 en un predio forestal en Carahue, en La Araucanía.
Miriam vive en un pequeño departamento en la parte alta de la comuna, sector al que se llega serpenteando una de las arterias principales. Este espacio que comparte junto a sus dos hijos también es el escenario de las travesuras recurrentes de Chuky y Princesa, sus dos gatos que recorren las instalaciones con autoridad ante nuestra presencia.
Allí, en un modular apegado a una de las paredes hay decenas de fotos de Pablo Marchant, del joven que luego de estudiar en el Instituto Nacional ingresó a la carrera de Antropología de la Universidad de Concepción y comenzó a viajar al Alto Bío Bío, donde conoció la compleja situación de algunas comunidades en resistencia y donde fue reclutado por la CAM, sin imaginar que en esa lucha encontraría la muerte.
“Pablo era un joven muy inquieto, muy inteligente también, era un joven muy audaz, quería aprender de todo. Y él optó por venirse aquí, a la ciudad de Concepción, junto con mis papás. Y bueno, accedí a esa petición porque igual iba a estar cerca de mis papás y porque él tenía esa necesidad de venirse hacia el sur porque ya no quería estar en Santiago”, cuenta Miriam.
Hoy esta madre y jefa de hogar está centrada en una batalla por conocer la verdad sobre cómo fue abatido su hijo y para ello necesariamente debe exhumar los restos de Pablo que están en un predio en proceso de recuperación por la CAM en Pidenco, comuna de Lumaco y realizar una nueva autopsia.
El 4 de septiembre recién pasado, Miriam Gutiérrez recibió un duro golpe que puso cuesta arriba sus pretensiones. Ese día la comitiva que iba a realizar una pericia de factibilidad para exhumar los restos fue atacada a balazos por encapuchados y tuvieron que salir del lugar sin poder realizar la diligencia.
En esta entrevista, Miriam cuenta parte de su lucha por encontrar esa verdad esquiva respecto a la muerte de su hijo y cómo enfrenta el nuevo desafío de recuperar los restos de su hijo que fueron sepultados en un predio que está vigilado por la CAM.
-¿Cómo se enteró usted que Pablo era integrante de la Coordinadora Arauco Malleco?
-Yo me entero una vez que Pablo es asesinado, me entero cuando llego al Servicio Médico Legal que él pertenece a la CAM. Yo no sabía lo que era la CAM, no tenía ningún conocimiento sobre la organización, solamente sabía que Pablo ayudaba allá en las comunidades, que era lo que él me decía. Yo aceptaba eso porque creía y creo que es algo justo la recuperación de sus tierras y todo eso. Y ahí yo me entero de que él pertenecía a la CAM.
-¿Cómo fue ese día? ¿Qué recuerda cuando se entera del fallecimiento de Pablo?
-Durante el día supe que habían asesinado a Ernesto y yo sabía que era hijo de Héctor Llaitul, que era amigo de Pablo. Y me preocupé porque no sabía nada de él, empecé a llamarlo pero tampoco yo me imaginé que podría haber sido él o que hubiera estado implicado en eso. Y me preocupé, pero no recibía respuesta. Después llamé a una persona que tampoco sabía de él, que era su polola. Y estuve así durante todo el día, nada de respuesta de él ni nada. Ya en la noche me fui a dormir y alrededor de las dos de la mañana me llaman y me avisan de que no había sido Ernesto, sino que era mi hijo al que habían asesinado.
-¿Cómo se explicaban estas desapariciones de Pablo, nunca le dijo que estaba involucrado en la Coordinadora Arauco Malleco?
-No, Pablo siempre venía a verme, estábamos en constante comunicación, me decía que él estaba allá, que estaba bien, que a veces estaba en diferentes lugares. No me daba mayores detalles de dónde estaba o qué es lo que estaba haciendo. Simplemente que él estaba ayudando, que araba, que hacía todas las labores que se realizan en el campo. Y claro, no tenía como un detalle claro de por dónde andaba. Siempre me decía: “no, estoy por acá mamá, estoy bien, no te preocupes”.
-¿Qué pasó con usted cuando se entera que su hijo pertenecía a una organización que muchos han denominado como terrorista o que está involucrada en hechos violentos en la Macrozona Sur?
-La verdad es que por la forma que tenía Pablo no me llamó mucho la atención, porque Pablo siempre fue un luchador de las causas sociales, no le gustaban las injusticias, y yo creo que en la Coordinadora encontró como la forma de luchar contra todo eso que él repudiaba. Quizás, claro, para algunos no es la mejor forma, pero yo conocía a mi hijo y sabía que él no iba a hacer nada que fuera en contra de sus principios, que no mataría a nadie, simplemente luchar por lo que era justo.
-¿Cómo lo presentan los líderes y sus compañeros de la CAM?
-Bueno, mi hijo para mí siempre ha sido un orgullo como hijo, como persona. Para ellos era un buen chico, era un buen joven, muy cooperador, muy humilde, muy servicial, un buen luchador. Siempre escuché puras cosas lindas de él y aún sigo escuchándolo de la forma en que la gente se expresa de él.
-¿Lo llamaron waichafe de la organización?
-Claro, sí, lo llamaron waichafe, así lo reivindicaron. Y no me llama la atención porque Pablo siempre quiso ser el mejor en todo, siempre se destacó en cada cosa que él hacía.
-¿Y usted no le reprocha nada a Pablo o quedó molesta porque nunca le contó que pertenecía a esta organización?
-No, no tengo nada de qué reprocharle. Entendí todo lo que él buscó ahí, entendí su necesidad que tenía de luchar contra todas esas injusticias que hay en ese lugar. Reprocharle quizás que no me haya dicho en su totalidad lo que él hacía, pero también entendí que él por una parte trataba de cuidarnos como familia y él sabía que quizás eso a mí me iba a preocupar mucho porque obviamente él estaba exponiendo su vida en eso.
-¿Y usted como madre también legitima esa lucha?
-Bueno, yo entiendo que hay mucha injusticia en la zona de La Araucanía, sobre todo para las comunidades. En cuanto a los territorios, se les ha quitado mucho, ellos viven en una pobreza que no es justa. Y sí estoy de acuerdo en que se luche por los territorios, que se les devuelva lo que les pertenece. Quizás hay diferentes tipos de organizaciones, diferentes formas, no puedo hablar de todas porque no las conozco.
-¿Quién es el responsable de la muerte de su hijo Pablo?
-Para mí, los responsables material son los Carabineros y ellos son los responsables de la muerte de mi hijo. No puedo decir si la CAM está involucrada en esto, porque eso es materia de investigación. No tengo mayor información sobre eso, pero sé claramente quién asesinó a mi hijo.
-¿Por qué los restos de Pablo son sepultados en un terreno que hoy día está siendo reivindicado por la CAM?
-Cuando Pablo me visitaba para la casa, en la última ocasión que él vino, me planteó ese tema de que si en caso de que a él le pasara algo, quería que yo lo dejara en esa zona. No me dijo cuál específicamente, pero sí me dijo que me iban a decir dónde. En ese minuto yo le dije que no, porque le di una serie de explicaciones, por qué no, y él las entendió. Me dijo, “sí mamá, tienes razón, ahí te dejo a ti la decisión”. Al momento de que yo llego allá, muchas personas se me acercaron para hablar sobre ese tema, de dónde dejarlo, y me plantearon en Pidenco, que está allá en Lumaco.
Yo no conocía el lugar, no sabía dónde. En el momento que llegamos allá, yo pregunté, bueno, me explicaron que era un lugar que había sido recuperado, etc., etc., y yo le pregunté a las personas del lugar que si había unos papeles en caso de que entraran y sacaran el cuerpo. En ese minuto se me dijo que sí, que los papeles estaban, que había unos papeles desde la forestal que habían hecho.
Entonces quedé más tranquila de que en algún minuto, si eso pasaba para otro lado, iban a aparecer esos documentos. Bueno, yo accedí a dejar el cuerpo de mi hijo allá porque entendí igual que era lo que él quería.
-¿Por qué usted solicita la exhumación de los restos de su hijo?
-La exhumación se solicita porque hay muchas irregularidades en el caso. Nosotros como familia llevamos tres años en esta búsqueda. Hay un informe que salió del Servicio Médico Legal que dice que Pablo tiene un tiro en la cabeza que es el único que le provoca la muerte. La verdad que allí surgieron varias dudas con esa tesis, porque muchos dijeron que Pablo tenía más disparos, no solamente uno.
Empezamos a hacer una investigación, contratamos un perito para que
hiciera un informe, que hizo un informe con las fotos que había del
Servicio Médico Legal, y él concluye que Pablo tenía más de un disparo.
Y que el que le provocó la muerte era diferente a los que tenía en su
cuerpo. Nosotros presentamos ese informe a Fiscalía, y ante todas esas
dudas pedimos la exhumación. Y Fiscalía accedió a la petición y un juez
autorizó la exhumación.
-¿Qué pasó el día en que van al lugar donde están los restos de su hijo en Lumaco?
-Esto ya estaba conversado con la gente del lof, desde un principio dije que yo iba a seguir hasta el final con esta investigación. Que yo necesitaba la verdad sobre lo que pasó ese día con mi hijo frente a todas las contradicciones que había por su muerte. Y ellos accedieron, dijeron que me iban a apoyar. Desde la Coordinadora igual tuve el apoyo de Héctor.
-¿Héctor Llaitul?
-Sí, me dijo que me iba a apoyar. Ellos, claro, no creen en la justicia chilena, pero igual él accedió a que sí me iba a cooperar, que iba a acceder porque era justo encontrar la verdad y justicia sobre Pablo. Yo les iba comentando todo lo que iba haciendo en la investigación, hasta que llegó el punto en que les digo que está la petición de exhumación. Ellos me decían que sí, que accedían, que no se iban a interponer.
-¿Ese día que ustedes van a este predio en Lumaco era para exhumar los restos de su hijo?
-No, ese día se iba a hacer un informe de factibilidad del lugar para posteriormente, otro día, ir a hacer la exhumación. Eso también lo expliqué.