“La cuna se compone de varias tablillas, puestas en forma de canoa; las dos tablillas laterales quedan más largas, de manera que sobresalen en el extremo superior e inferior de la cuna; “tiene patas” se dice. También se pone una estera de paja o un pellejo, que se arregla como colchón y que se llama “chenu”.
Además se hace una cinta ancha, llamada “üren”, la cual se une por costura con las dos tablillas laterales perforadas para este fin; el üren está atado a las tablas laterales de ambos lados hacia el extremo inferior y tiene ojales; además se hace una faja, una trenza, un arco y el tirador del arco.
Cuando todo está listo, se coloca la guagua en la cuna; allí se le hace cama con pañales y trapos. Además se da a la estera (o al pellejo) una vuelta hacia arriba por encima de los pies del niño. En seguida se hace pasar la trenza de lado a lado sobre esta estera, cerca del pecho del niño pasa la faja “pollkü”.
Se amarra, pues, la trenza en un ojal del üren de un lado, luego se la pasa por encima de la estera y se la enhebra en un ojal del üren que se encuentra al lado opuesto. De allí se hace volver la trenza sobre la estera y se la entrelaza en otro ojal de la cinta üren del lado donde empezó; así sigue la fajadura de la guagua, primero con la trenza, después con el pollkü, hasta llegar a su pecho. La estera queda bien sujeta por la trenza y la taja y el niño bien tapada bajo la estera.
Concluida ya la enfajadura se pone en las dos tablillas laterales, cerca de sus extremos superiores, el arco. Por encima de él se pasa el tirador del arco, que está asegurado en la cabecera de la cuna y que cruza el arco con una vuelta, y termina con un nudo en el pollkü, que faja el pecho de la guagua. Sobre el arco de tal modo afirmado (por su tirador) se cuelga un paño. De esta manera el niño queda bien protegido bajo cortina sin que el paño que recubre el arco tenga contacto con él, dificultándole la respiración.
La cuna con la guagua queda arrimada a la pared de la casa. El niño que está parado en su cuna puede ver a su madre y a todas las personas que trajinan por la casa, con eso se sosiega. Si tiene sueño se le pone en su cuna sobre el catre (“kawitu”) y luego duerme profundamente. En el caso que llore se le mece o se le tira por encima del suelo en su cuna, arrastrando la cuna sobre sus patas inferiores. Con eso suele callarse el niño, si no se tranquiliza, lo toma la madre junto con la cuna y así le da el pecho. De esta manera se crían las guaguas mapuche”.
Fotografía: Niño Mapuche durmiendo en un kupulwe.
FUENTE: “Vida y costumbres de los indígenas araucanos en la segunda mitad del siglo XIX”, 1930.