La noche de este domingo, la ministra de Desarrollo Social y Familia, Jeanette Vega, ratificó que el gobierno interpondrá en los próximos días una querella criminal contra Héctor Llaitul, líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), luego que este convocara el pasado miércoles a “preparar fuerzas, a organizar la resistencia armada”, ante el anuncio de la creación de un estado de excepción intermedio que faculte a las Fuerzas Armadas a controlar las rutas y carreteras en la Macrozona Sur.
La secretaria de Estado -tras ser consultada por el panel de Tolerancia Cero- aseveró directamente en torno a la acción penal que “se va a concretar y se van a concretar además una serie de medidas de mejoría de la seguridad, que van a ser anunciadas probablemente mañana o pasado mañana por el Ministerio del Interior”.
Además, explicó que la acción judicial contra el líder de la CAM después de su anuncio es una de las atribuciones que otorga el estado de derecho, precisando que “de hecho, el gobierno ha presentado hasta ahora 152 querellas (…) En una democracia como la que tenemos, ningún grupo se puede alzar en armas contra el Estado”.
En el mismo contexto, referida a si esta declaración podría anular la posibilidad de instaurar una mesa de negociación o de diálogo con los miembros de la CAM, Vega remarcó que “margina de la mesa de negociación y diálogo a aquellos que estén por la violencia. Estamos disponibles para conversar con todos los grupos (…) Obviamente que en ese caso no podemos conversar. Cómo vamos a conversar a balazos”.
La presentación de esta querella, confirmada por la titular de Desarrollo Social, había sido analizada como una posibilidad previamente por el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, quien el viernes, en entrevista con 24 Horas, señaló que se estaba evaluando esta opción.
“Hay que determinar cuál es la figura penal que se puede identificar y por la cual el Ministerio del Interior se puede querellar”, dijo en esa ocasión.
Cabe indicar que Llaitul expresó que “se viene el estado intermedio, que no es otra cosa que un nuevo estado de excepción. Es decir, los milicos esbirros nuevamente desplegados por el Wallmapu custodiando los intereses del gran capital. Es la expresión en pleno de la dictadura militar que los mapuches siempre hemos sufrido, dictadura que ahora asume el gobierno lacayo de Boric. (…) A preparar las fuerzas, a organizar la resistencia armada por la autonomía por el territorio y autonomía para la nación mapuche”.