La tierra es madre, el sol es padre. De su encuentro surge la vida. Con una enorme variedad de mitos y leyendas de los pueblos originarios , este es un axioma que une sus mundos. La Madre Tierra no puede ser objeto de venta, no puede ser de nadie, somos nosotros los que le pertenecemos. Por eso, los pueblos de los Andes entierran a los muertos en tinajas gigantes en posición fetal, devolviéndolos al vientre materno para que vuelva el milagro de la vida.
El término “Madre Tierra” es una expresión para referirse al planeta Tierra y es utilizada en diversos países y regiones especialmente sus pueblos originarios, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos. Los conceptos respecto a la Madre Tierra son coincidentes en esencia entre las etnias del mundo
Es importante considerar que el cambio climático es uno de los desafíos principales que enfrenta la humanidad en este siglo XXI, debido a que sus principales manifestaciones tienen repercusiones en la biología, economía y en la sociedad.
En cuanto al padre, El Sol es la única estrella de nuestro sistema solar. Su influencia y gravedad mantiene unido todo lo que gira alrededor de él, y su luz, calor y energía son el motor que propicia la vida en la Tierra, asi lo dejan en claro los estudios realizados por nuestros antepasados quienes descubrieron la importancia del astro rey para la vida en la tierra.
El Sol, nuestra estrella, se sitúa en el centro del sistema solar y rige todo lo que sucede en su interior. Por ello, no es de extrañar que decenas de culturas a lo largo y ancho de nuestro planeta y durante el transcurso de los siglos, hallan considerado al Sol como una divinidad a la que se le ha reservado un lugar especial.