“Lonkotun, “lucha del pelo”, ejercita o pone en acción principalmente a los músculos del cuello y la nuca. En este ejercicio el araucano encontró, de su madre naturaleza, una varonil y severa educación. La fuerza física y la arrogancia de su cabeza se debe única y exclusivamente a este ejercicio.
Por eso el indio, al encontrarse atacado de improviso y para manifestar que él no retrocede sin dar sus concienzudas explicaciones lanza repentina bruscamente el siguiente desafío:
“En la altanera cabeza semejándose al león; conserva todavía sus fuerzas el amado cuerpo mo”
Hasta la mujer practicaba este juego, manifestando con su largo pelo que ella era la dueña de todos esos que se batían.
Por eso el araucano para demostrar ese gran amor por este ejercicio se dejaba crecer el pelo, cortándolo en forma de melena.
Dada la señal del juez, tomábanse del pelo, dábanse fuertes y recíprocos cimbrones; hasta que por fin uno caía por tierra, considerándose al otro como vencedor cuando como rehenes sacaba entre sus dedos unos cuantos pelos. Sin este requisito no se le consideraba como vencedor temerario.
En el corte de su pelo cifraba el indio todo su orgullo y dignidad de buen lonkotufe, luchador.
Por eso es que hasta hoy el mapuche usa un corte que los peluqueros denominan melena y el mapuche trürlonko.
Todo aquel que se cortaba el pelo a la raíz, significaba que el no sabía el lonkotun y que, por lo tanto, era cobarde. Como se ve, pues, la longitud del pelo está en razón directa con su dignidad.
Un padre desde chico hace a su hijo el corte que ha de usar cuando grande. La cabeza debe llevarse desde niño erguida y provista de robusto pelo.”
Fotografía: Mapuche practicando Lonkotun. 1930-1940
Fuente: Comentarios del pueblo araucano II: la jimnasia nacional (juegos, ejercicios y bailes), de Manuel Manquilef
Wallmapu Ñi Tukulpan: Historias y Memoria del País Mapuche